Mamán ArtE

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Cristian Mercado es un actor de teatro y cine. Trabajó en un rol co-protagónico en El Atraco de Paolo Agazzi (Bolivia, 2003). Nuevamente con Agazzi en Sena Quina (Bolivia, 2005), interpretando al Falso Conejo, uno de los protagonistas de ésta cinta. En 2007 lo veríamos en Los Andes no creen en Dios de Antonio Eguino y en 2008 en Desde el Fondo el fondo, cortometraje de Adriana Montenegro. Mercado encarna a Inti Peredo en la película Guerrilla de Steven Soderbergh, escuchemos ahora la entrevista.
 
                            

Entrevista al actor boliviano Cristian Mercado.

“Soy muy obsesivo con mi trabajo, si me meto a algo, sin querer me voy de cabeza, y soy de los que creo que es importante tanto la disciplina como el talento”, dice Cristian Mercado (C), el actor paceño “for export” que participó en la película Che dirigida por Steven Soderbergh, que narra el paso del Che Guevara por Bolivia y que fue estrenada en mayo en el Festival de Cannes.

 

La carrera de este paceño de 33 años comenzó en las tablas. Fue parte de reconocidos grupos teatrales, como el Teatro de Los Andes, con el que realizó varias giras por el mundo. Luego incursionó en el cine boliviano, primero en El Atraco, después en Sena Quina, ambos filmes dirigidos por Paolo Agazzi, y posteriormente En Los Andes no creen en Dios de Antonio Eguino. Hoy, al margen de verlo en la televisión en el spot que difunde el Banco de Crédito (BCP), está abocado a otra de sus grandes pasiones: la música, con el debut del grupo de rock Reverso, del cual es productor.

 

Por ello y en este mes tan especial para los paceños que celebramos las Fiestas Julias, Tu Guía conversó con este talentoso artista nacido en La Paz.

 

TG: ¿Cuándo y cómo empieza tu carrera?

 

C: Bueno, terminé el colegio e ingresé a la universidad, estudiaba psicología y un día en una clase no fue el profesor y una amiga muy guapa me dijo que había un taller de teatro y me invitó. Yo fui más por la amiga... (risas), el taller lo daba David Mondacca, ahí es donde me “reenganché” y continué. La música siempre me gustó, pero el teatro nunca se cruzó en mi vida, eso sucedió en 1993. Luego se dio la idea del Teatro Duende, hicimos una obra y comenzamos a viajar, mientras en la universidad dejé una materia, dejé otra y un día sin darme cuenta ya no estaba haciendo nada más que teatro (risas) y es donde me sentía mejor. Sentía que había algo que me decía que tenía que ir por ahí, fue como romper con muchas cosas y me he dedicado a eso al 100%.

 

TG: ¿También hiciste teatro fuera del país?

 

C: Así es, con el Teatro Duende fuimos a un festival en Santiago de Chile, donde me encontré con Héctor Noguera, quien me invitó a trabajar allá con él y otros grandes actores. Vi más teatro y conocí a César Brie, director del Teatro de Los Andes, quien me invitó y me fui a esa escuela, donde estuve seis años. Tuve la suerte de viajar a muchos países y aprender con el Teatro de Los Andes.

 

TG: ¿En cuántas obras participaste?

 

C: Pues ni idea, lo que sí sé es que no he parado de producir y crear. Desde que empecé, no hubo ni un año en el que no haga dos o tres trabajos serios, porque con el Teatro de Los Andes le dedicamos mucho tiempo a la fase creativa, que es una de las claves para universalizar un trabajo y llegar a todo tipo de gente.

 

TG: ¿Alguna obra te gustó más?

 

C: Cada trabajo es como una wawa, a la cual le das todo, es lo que me gusta de este trabajo, entrar a un universo diferente.

 

TG: ¿Pero no hay una obra con la que te hayas sentido más satisfecho?

 

C: Ha habido muchas obras con el Teatro de Los Andes, como La Iliada, que ha tenido mucho impacto en la gente, ya que, luego de ocho años, la siguen recordando. A otras obras les tengo más cariño, como “En cueros”, que yo la escribí y que son más personales.

 

TG: ¿Y en el cine cuándo comienzas?

 

C: Empecé con El Atraco, yo era uno de los atracadores y me encantó actuar en cine, me he sentido muy cómodo. El cine tiene eso, es más interior, de ahí hice una buena relación de trabajo con Paolo Agazzi, quien me comentó sobre la película Sena Quina. Después hice la asistencia de dirección de Los Andes no creen en Dios, donde también tuve un papel pequeño.

 

TG: Pero con tu papel de “Falso conejo” en Sena Quina la gente te conoció más...

 

C: Sí, es un personaje al que le tengo mucho cariño.

 

TG: ¿Tienes algo del “Falso conejo”?

 

C: Me imagino que sí (risas), pero espero que no todo. Yo estaba en México antes de venir a filmar la película acá y conocí a muchos paj´pacos, gente que vive así y aprendí muchas cosas, todos somos un poco paj´pacos, buenos, malos y locos.

 

TG: ¿Qué se viene ahora en tu carrera?

 

C: Este año se estrenará en Bolivia la película del Che Guevara en el que hago el papel de “Inti” Peredo y trabajé con el director Steven Soderbergh, además de otros grandes actores, como Benicio del Toro y Matt Demon. También participé en el cortometraje Desde el fondo de Adriana Montenegro.

 

TG: ¿Cómo es la película de Soderbergh?

 

C: En realidad son dos películas, la primera se iba a llamar “Argentino”, que habla del Che en la Revolución Cubana, y la segunda “Guerrilla”, que aborda la vida del Che en Bolivia y en la cual participo. En el Festival de Cannes se pasó las dos películas juntas, duran aproximadamente cuatro horas y 37 minutos, y no sé qué habrán decidido con el nombre, espero que se estrene en noviembre en el país.

 

TG: ¿Qué significó para ti esa experiencia?

 

C: Es uno de los trabajos en los que me metí muy de cabeza, pues se centra en una parte de la historia del país y latinoamericana, que es muy fuerte. Estudié, interrogué gente y me cuestioné muchas cosas; amo las obras que hago en la medida que también aprendo de ellas.

 

TG: Hiciste drama y comedia, ¿dónde te sientes mejor?

 

C: A mí me encanta el humor, creo que los actores de rango cómico tranquilamente pueden hacer drama, a diferencia de los actores dramáticos para quienes es difícil hacer comedia. Tengo la suerte de que con el humor me va bien y de ahí es más fácil entrar al drama o cosas serias. La gente cuando se ríe, se abre al instante y eso es maravilloso, una vez que la gente se ha reído, le metes la reflexión o la conmueves. Pero también respeto el hacer humor por el humor y no tengo drama de hacer una comedia popular como Sena Quina, pues la clave de esa película ha sido que no tenía una pretensión de transformar el mundo y me encanta. Tuvo humildad y sencillez en su concepción y eso ayudó a que llegara a mucha gente. Yo trato de usar el humor para cuestionar algunas cosas, no soy quien para imponer alguna verdad.

 

TG: A nivel profesional, ¿estarás viviendo uno de tus mejores momentos?

 

C: Estoy contento porque tengo la suerte de poder vivir de mi trabajo, ese es un lujo acá o en París, de disfrutar de lo que haces y que te dé para cumplir y cubrir las necesidades básicas. En ese sentido, estoy feliz, es un momento donde produzco muchísimo, tengo un hijo de dos años y concreté el proyecto de la música.

 

TG: ¿Cómo te alcanza el tiempo para tantas cosas?

 

C: Pues “laburando”, metiéndole mucha energía y ganas.

 

TG: ¿Qué opinas de las escuelas de teatro?

 

C: Está bien que hayan, pero creo que la creatividad es algo que no se puede enseñar, es algo que se desarrolla y se fortalece machacando, poniéndole ganas y teniendo coraje de lanzarse al vacío y estar dispuesto a que te tiren tomates y la gente se salga.

 

TG: Con la experiencia que acumulaste, ¿te consideras un actor for export?

 

C: No sé, eso se verá si me siguen invitando a otras cosas de afuera (risas), pero no hablo por mí, en general hay gente con mucho talento en el país. Por ejemplo, en la película del Che los actores bolivianos estaban al nivel de grandes actores latinoamericanos y espero que eso abra puertas para mí y muchos actores que tienen el talento, pero no la oportunidad de mostrar o compartir su trabajo con gente de afuera.

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